Sobre Toni Rodríguez y Wildslice

Wildslice, nuestra academia de pastelería vegana bilingüe, nació en 2018, cuando decidimos construir en Barcelona un equipo y un espacio donde investigar, desarrollar e innovar este mundo dulce y respetuoso.

Hoy, el I+D en pastelería vegana que empezamos hace 15 años, nos ha servido para dar clases en más de 20 países, lanzar nuestra escuela online y escribir 5 libros sobre cocina y pastelería vegana.

Todo para demostrar que (si nos quitamos los prejuicios) un postre vegano bien trabajado no sólo dispara el sabor y además da opciones a personas con intolerancias y alergias, sino que construye un mundo más justo para los animales y el medio ambiente.

También hemos aprendido que nunca se deja de aprender y que para seguir evolucionando en pastelería vegana, hay que hacer tres cosas:

  • Probar
    nuevos ingredientes

    que no se usan en pastelería tradicional.

  • Investigar los
    que ya trabajamos

    para ver cómo funcionan en nuevas elaboraciones.

  • “Veganizar”
    recetas tradicionales

    y potenciar sus sabores con el conocimiento construido.

Todo esto les ahorra más de 15 años de frustraciones por ensayo-error a nuestros alumnos en el Curso intensivo presencial Pastelería vegana Contemporánea

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Fui abuelo con 19 años...

pero no es lo que parece.

Algunos me dicen dice que soy “el abuelo de la pastelería vegana” porque cuando empecé a experimentar en 2004, no había ninguna guía en la que apoyarse.

Estaba todo por hacer… piensa esto: Hace 12 años había que probar con proteínas que llegaban en sacos industriales de 15 kg, sin indicaciones de uso. Ahora, puedes comprar un bote “para casa” con las instrucciones detrás.

Te cuento cómo Paul McCartney y un aguacate cambiaron el rumbo de la pastelería (y no lo saben):

Cuando tenía 17 años mi hermana me regaló el DVD de Paul McCartney con el concierto para el 20 aniversario de la organización por los derechos de los animales en EEUU.
Mi hermana, casi vegetariana, lo puso mientras yo me comía un plato de lomo con algo. Éramos beatlemaníacos y había otros artistas muy buenos tocando.
Al final del concierto, salían imágenes de granjas, mataderos… Me impactó mucho. Me hizo pensar en lo incoherente que era amar a mi perro Kobi y comer carne de otros animales. Aparté el plato… y se acabó. Esto fue curioso porque yo solo comía carne. Las únicas dos verduras que comía eran las alcachofas y las habas crudas que me daba mi padre. Ni una más. Pero me dije: “Nunca más, no quiero colaborar con esto”. Ese día dejé la carne… y hoy van 18 años.
¿Y el aguacate? Nunca olvidaré cuando me dijeron: “ponlo en el bocadillo” y yo dije: “es que no me gusta” antes de probarlo y… ¡Boom! Ese momento cambió mi vida porque entendí que si el aguacate estaba tan bueno así, todo puede estar bueno si lo combinamos bien.
Dejé la informática y empecé a fregar platos en un restaurante vegetariano:
8 horas allí, y luego 8 horas haciendo pruebas en casa.

Monté mi primer
obrador
Lujuria Vegana en mi piso en 2005.

Allí empezaron las pruebas para extraer el conocimiento y hacer pastelería vegana: proteínas, fibras, charlas con químicos…

El 2010 fue un año importante. Tras cientos de pruebas fallidas y contra todo pronóstico por fin llegaron el macaron y el coulant vegano.

En esa época Lujuria vegana ya era un obrador semi-industrial que repartía en toda España y más tarde en Europa.

Empecé a dar clases en escuelas y espacios gastronómicos, escribí mis primeros 3 libros y conocí a Sara, co-fundadora de Wildslice.

Tras algunas aventuras en Mallorca, Sara y yo decidimos volver a Barcelona para abrir nuestra propia escuela de formación y un espacio de investigación y desarrollo en pastelería vegana.

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